Suances a su vez es la capital del municipio. La localidad de Suances está ubicada a 98 metros sobre el nivel del mar. En el año 2008 contaba con una población de 5.066 habitantes (INE). Se encuentra en la desembocadura del río Besaya, siendo la Ría de San Martín de la Arena o Ría de Suances la divisoria entre los municipios de Suances y Miengo. El caserío se divide entre la parte alta y la parte de la playa, donde está el puerto pesquero y también las playas de La Concha, La Ribera y La Riberuca. Al otro lado de una pequeña península (Punta Dichoso) quedan la playa de los Locos y la ensenada de la Tablía. Aquí estuvo situado Portus Blendium en época de los romanos, posiblemente en la zona de la ribera de la ría, en punto no distante de lo que es el puerto actual. En el pasado, esta localidad se llamó San Martín de la Arena. Aquí hubo una vieja torre. En Suances desembarcó la reina María Cristina en septiembre de 1881. En esta localidad ambientó José María de Pereda su novela La Puchera (1889) , Amós de Escalante la novela Ave, Maris Stella (1877) y Elena Soriano la novela, La playa de los locos(1955). Actualmente es una localidad eminentemente turística.
Edificaciones notables de este núcleo de población son:
Iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de las Lindes, siglo XVII.
Antiguas defensas de El Torco, siglo XVII, sobre la Punta del Dichoso. Ejemplo de bastiones defensivos frente a ataques por mar.
Casa de los Polanco, siglo XVII, estilo barroco. Tiene una portalada con escudo.
Capilla de Nuestra Señora del Carmen, siglo XX, estilo neogótico.
Quinta del Amo, siglo XX, estilo pintoresquista inglés.
Casona de la familia Ferrero, estilo regionalista.
Castillo de Ceruti sobre la playa de los Locos, 1904.
Colegio San José (donado por Juan José Gómez-Quintana Cacho-Herrera).1
Historia
Suances es considerado el antiguo Portus Blendium de los romanos, llamado así porque el mineral de blenda era su principal comercio;2 así lo atestiguan las diversas excavaciones realizadas en la zona de la iglesia.
Desde el siglo XII, se tiene conocimiento de la importancia del puerto de San Martín de la Arena, que soportaba un alto volumen de pesca de ballenas y comercio, gobernado casi en totalidad por la Casa de la Vega, siendo lo suficientemente importante como para que fuese atacado por navíos de Santander debido a diferencias mercantiles. A partir del siglo XVII, debido al proceso de colmatación de la ría, esta actividad comienza a descender. De esta época son las Defensas del Torco, hoy rehabilitadas.
El edificio más antiguo de que se tiene conocimiento es la Torre de Defensa de Suances, hoy en ruinas, construida por Diego Hurtado de Mendoza entre 1403 y 1437, que fue ampliamente fortificada por murallas.
A partir de mediados del siglo XIX, se comienza a generalizar la práctica de los baños, atrayendo a los veraneantes de aquella época, que construyen sus chalets. El auge de la construcción fue promovido por la construcción del malecón en 1878, que partió la enorme playa de Suances en dos y niveló la zona, permitiendo el crecimiento del pueblo junto a la playa y no sólo en la loma.
De finales del siglo siglo XIX y principios de siglo XX data la espléndida mansión de Don Jaime del Amo,un rico indiano, de un estilo que recuerda los castillos centroeuropeos, actualmente en ruinas.
En 1890 el ayuntamiento de Ongayo se traslada a Suances, para lo cual se construye el edificio actual, en estilo eclecticista neo-clásico, como curiosidad, el edificio es idéntico al de la localidad asturiana de Colombres.
En la primera década del siglo siglo XIX se contruyen gracias al mecenazgo de Juan José Gómez-Quintana y Susana del Amo los dos colegios de la calle Quintana, inicialmente de beneficencia.
En la actualidad, la industria, la pesca y el turismo son las fuentes principales de ingresos de la población. Suances, como pueblo costero, se ha desarrollado abocado al mar, y una profesión común es la de marinero.
Playa de los Locos en Suances.